Tanto tiempo pensando que mi rebeldía a lo impuesto tenía que ver con gritarle al exterior que no iba de acuerdo con sus ideologías, introyectos y su mercadotecnia. Ahora me doy cuenta que aunque tengo años revelándome de mil maneras, el mundo ni lo nota, no notó mi coraje, tampoco notó mi decepción, mi desesperanza, mis ganas de transformar tantas cosas. Hoy me doy cuenta que esta batalla no ha sido con el mundo, sino conmigo misma. El mundo esta muy ocupado viviendo y yo estaba muy ocupada perdiendo mi tiempo en esa batalla desértica, sin aliados, sin valentía, ciclada. Esto de revelarme me otorgaba una "pseudo” liberación, que ahora veo era externa, porque internamente mis actitudes seguian siendo motivadas por los demás, por demostrar algo, muy en el fondo presa de mis inseguridades. Ahora lo hago por mí y de repente encuentro que las batallas no tienen que ser desérticas, que mi tendencia oposicionista tiene un precio que a la larga me deja en la banca rota. NOTA MENTAL:...
Un espacio para cada viviencia