Los riesgos necesitan correrse,
Para crecer,
Para vivir,
Para equivocarse.
Una vida sin riesgos, protegida, limitada
no esta realmente siendo vivida.
los riesgos sin importar el resultado
engrandecen el espiritu
y lo regocigan con la satisfaccion
de la lucha, de lo rescatado.
Cada crisis ofrece la oportunidad para
encontrarse con uno mismo y con las
verdaderas
Las vicisitudes son parte de la vida
y nos enseñan el camino con uno mismo.
El ego, el orgullo, la vanidad, solo nos llevan al fondo, a la ruptura con el ser. El ego finge ayudar a resguardarnos, mantiene las apariencias, oculta las debilidades, los miedos, fomenta las máscaras, los secretos que a su vez evitan la entrega real de lo profundo bajo la piel, en el espíritu, de lo que realmente se es, no existente para tantos pero visible para pocos. El ser busca fluir, entregarse, simplemente manifestarse y es en esta fragilidad entre el ser y el dejar de ser que un día nos desconocemos, lo que nos rodea ahora parece tan distinto y pareciera que no ha pasado gran cosa, pero si. Y no es que cambien los otros, sino que también uno cambia. Todo es relativo y en ese justo momento se da la traición. Al intentar serse fiel a si mismo, inevitablemente se traiciona a otros, es imposible en el ser dejar de lastimar, es imposible vivir aqui y tarde o temprano estar del otro lado de la balanza. Y claro supongo que algunos de mis pacientes (o incluso quien lea)
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