NAMASTE

El viernes me llamo una antigua alumna de la universidad para ver si podía atender a su abuelita de 90 años que no podía tragar alimento ya que sentía ahogarse o tenía profundo miedo a vomitarse.
Esta Guerrera resplandeciente, entro al consultorio por su propio pie casi como si sus pies ya no tocasen el suelo. Esta cansada de vivir, el peso de sus parpados la obligaban inclusive a cerrar sus ojos. Platicó de los 67 años que paso junto a su esposo, quien lamentablemente falleció hace 9 meses al parecer de una complicación de neumonía. El sr. poco antes de la neumonía también dejó de probar alimento debido a que sentía que se ahogaría.
Esta Guerrera que ha dedicado la mayor parte de su vida a su compañero y su familia, esta decidiendo retirarse de la batalla. Después de 6 especialistas, todos determinaron que presenta un cuadro de colitis nerviosa y lo demás es psicológico. Sus hijos algunos comprenden que ella ya esta cansada que su situación física ha sido desencadenada por su no deseo a continuar, algunos otros con sus expectativas desean continuar viendo a esta Guerrera como algo más que humana y buscan por todos los medios posibles convencerla de que tome la vida. Aun la llevaran a cuantos médicos puedan a pesar de que ella solo les pide descansar, a veces nos es tan difícil resignarnos y respetar la voluntad del otro.
Yo, supe instintivamente que había llegado a mi para que la ayudara a cruzar con dignidad y para que sus últimos días sean lo menos dolorosos posibles.
Después de nuestra platica, al ver su dolor y escuchar sus quejidos, intuí que no necesitaba mis palabras, mucho menos mis preguntas. Recordé mis viejas herramientas, le impuse las manos con la única intención de que la luz se manifestara y se dio, se extinguió su dolor. De repente tantos años de no practicar el reiki volvieron sin ninguna dificultad.
Esta mujer esta en la transición. Pienso yo que ha logrado una excelente batalla y que esta llena de dignidad por la manera en que ha vivido y sobrellevado sus días.
Que testimonio de humildad, me siento bendecida por la oportunidad de acompañarla. Se que su partida esta muy cerca y también entiendo cual es mi papel en todo esto.
Me queda claro que ella esta decidiendo irse y no hay nada que los que la rodeamos podamos hacer para contrariarla. Mi papel no es enjuiciarla, solo ella sabe que es lo que siente, no pretendere ni siquiera imaginarme por lo que ella pasa. Tiene su estomago muy debilitado por la cantidad de medicamentos que toma para su anemia, colitis, depresión, la lista podría continuar.
Es difícil en ocasiones comprender como podemos aferrarnos tanto a nuestras expectativas que incluso dejamos de escuchar las peticiones de los demás.
He aceptado que tengo un don, he aceptado que durante muchos años le saque la vuelta, claro digo tenerlo siempre es una gran responsabilidad y eso me asustaba, mi grandeza me asustaba. Hoy ante estos eventos digo, PRESENTE y cada que se presente la oportunidad para brindar este regalo que me dieron, estoy y estaré.

NAMASTE, ELENA!